Se dedicaba al cine en Francia y dejó todo para vivir en el fin del mundo. En un viaje de visita se enamoró de Ushuaia y su gente

Marine vivía en Francia, trabajaba en la industria del cine, vino a conocer Argentina y, antes de regresar, se enamoró de Ushuaia y del amor de la gente por su tierra. Jamás imaginó que algún día viviría en Argentina, pero dejó Francia y vino a vivir al fin del mundo.

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Con el cine había visto mucho, aunque no Latinoamérica. Pero un día, su amiga Christelle, le propuso que la acompañe en un viaje que tenía pendiente al país austral para visitar a Celine, una francesa que vivía en Buenos Aires y tenía un restaurante en San Telmo.

Se dedicaba al cine en Francia y dejó todo para vivir en el fin del mundo.
Se dedicaba al cine en Francia y dejó todo para vivir en el fin del mundo.

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Juntas recorrieron Buenos Aires y el norte argentino por cuatro semanas, hasta que a Christelle le tocó volver a su rutina en Francia. Marine, que tenía trabajos temporarios y estaba en un intervalo, siguió camino sola hacia el sur, para conocer la Patagonia: “Nunca había visto semejante amplitud”, se emociona.

“Esos paisajes eran los que había ido a buscar. Pasé por lugares inhóspitos y otros más poblados como El Calafate, y no estaba segura de seguir hasta Ushuaia, ya que una amiga me había dicho que «por algo le dicen el fin del mundo, allí no hay nada especial´”.

 En una visita se enamoró de Ushuaia y su gente, decidió dejar Francia para vivir en el fin del mundo.
En una visita se enamoró de Ushuaia y su gente, decidió dejar Francia para vivir en el fin del mundo.

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Pero en una charla, con una señora en un micro que recorría El Chaltén, la intriga por Tierra del Fuego creció. “Andá, fijate qué te pasa a vos. Descubrí por vos misma si vale la pena”. Tal vez, aquella haya sido la conversación que cambió el curso de su historia.

Conocér el Fin del Mundo…

En Ushuaia hizo trekking y contrató guías, y fue en uno de los paseos que llegó hasta los barrios altos, donde halló asentamientos informales, que no forman parte de la organización urbana municipal: “¡Y me encantó! Me conquistó su estética, un poco como el lejano oeste. Al trabajar en cine fue un paisaje que me sensibilizó. Me gustó que tuviera su cuota de ilegalidad y su dinámica propia”.

Marine regresó a los barrios altos para dibujar sus casitas y callejuelas. Tan hechizada la dejó aquel rincón, que, tras seguir viaje por unas semanas, decidió retornar a Ushuaia, tan solo para seguir plasmando lo que veía allí en papel.

Enamorada de los paisajes y las construcciones de Ushuaia, Marine comenzó a dibujarlos. Años más tarde plasmó sus trabajos en un libro llamado "Ushuaia desconocida".
Dibujos de Marine.

Enamorada de los paisajes y las construcciones de Ushuaia, Marine comenzó a dibujarlos. Años más tarde plasmó sus trabajos en un libro llamado «Ushuaia desconocida».


“Pronto descubrí que no tenía muchas ganas de irme y, en una charla, me pregunté, ¿por qué no podría vivir acá? No sabía la respuesta, solo que la energía del lugar me gustaba mucho, me fascinó”.

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En Ushuaia, Marine formó su propia familia, lo que terminó de reconfirmar que aquel rincón del mundo, es su lugar en el mundo en este momento de su vida. Junto a su pareja y su hija, vive en un bosque que limita con las montañas, en la zona del glaciar Martial, en un paraje casi solitario, en el que se pueden contar pocas cabañas.

Marine vive junto a su pareja y su hija en el bosque.
Marine vive junto a su pareja y su hija en el bosque del fin del mundo.

Cerca están todos los paisajes de una isla sorprendente de norte a sur; para ella, uno de los lugares más fascinantes de la tierra. “Mi lugar en Ushuaia es increíble. Cualquier persona que ama la montaña lo vería así».

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Y finalizó «poder salir de su casa en invierno y esquiar como algo cotidiano, hacer paseos a los glaciares, ríos y lagos, es un privilegio. Tal vez le falte más temperatura en verano, pero si fuese así, estaríamos llenos de gente. Así que, tal como está, es perfecto. A Ushuaia, la amé desde el principio. Me gusta mi realidad, si tuviera que cambiarla por algún motivo, lo haría. Pero hoy no elijo hacerlo, estoy muy bien acá, en el fin del mundo”.