El líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, aprovechó el acto que encabezó en La Plata para enviar mensajes velados hacia el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y ratificar el liderazgo de su madre, Cristina Kirchner, en el peronismo. Durante su discurso, Kirchner dejó claro que su espacio busca abrir el debate interno en el PJ, aunque sus palabras y el ambiente en el Club Atenas expusieron una tensión subyacente que no parece disminuir.

En su intervención, Kirchner hizo referencia a algunos dirigentes que, según él, “se ven como víctimas” debido a sus importantes cargos, lo que fue interpretado como una crítica tácita a Kicillof y su entorno. También se destacó una nueva canción entonada por la militancia, en respuesta a la sugerencia del gobernador de «componer una nueva» dentro del peronismo, lo que evidenció una clara fricción entre ambos sectores.

El acto de Kirchner fue una demostración de fuerza dentro del peronismo bonaerense, contando con el respaldo de 26 intendentes de distintas tendencias. Mientras que algunos apoyan firmemente a La Cámpora, otros, como Mariano Cascallares (Almirante Brown) y Federico Achával (Pilar), mantienen un equilibrio entre ambas facciones. Esta creciente división en el PJ Bonaerense podría complicar aún más la situación interna del partido, de cara a futuros desafíos electorales.

Por su parte, Kicillof optó por el silencio tras el acto de Kirchner, concentrándose en actividades vinculadas a la defensa de la autonomía universitaria y evitando responder a las señales enviadas por el líder de La Cámpora.

En su discurso, Máximo Kirchner también criticó al gobierno de Alberto Fernández y ratificó su postura de que la conducción del peronismo debe seguir en manos de Cristina Kirchner. De cara a las próximas elecciones, dejó entrever que el kirchnerismo podría plantearse ir por fuera o incluso disputar internas si no se alcanza un acuerdo dentro del espacio. Con su lema «Armar de nuevo», Kirchner abrió otro capítulo en la tensa interna del peronismo bonaerense.